Hoy nos hemos pegado un susto bastante gordo, Antonio se ha ido de excursión y este curso acordamos con la profe que como cambiaba de pabellón, habría una inyección de adrenalina en la sala de profesores para que estuviera accesible tanto en el aula como en el comedor y que los días de excursión, Antonio llevaría la inyección de casa en la mochila. Al llegar al cole Antonio no le ha recordado a la profe que la inyección la llevaba él y ella tampoco se ha acordado. Casi al mediodía nos han llamado que un niño se ha pinchado con la inyección de Antonio, cuando han ocurrido los hechos la profe no sabía de dónde había salido esa inyección hasta que Antonio se ha dado cuenta que era la suya. Parece ser que se le ha caído de la mochila y los compañeros la han abierto y han estado jugando hasta que uno se ha pinchado. Nuestro susto ha sido enorme al pensar en el otro niño, en sus padres y por supuesto en cómo se sentiría Antonio porque no había cuidado de sus cosas. Al otro niño no le ha pasado nada pues o no se ha pinchado mucho y aunque fuera el caso solo se pondría nervioso o con taquicardia según han dicho los médicos, los padres han sido muy amables y nos han tranquilizado mucho, pero como siempre hemos dicho hay que concienciarse más con éste tema, no ha pasado nada pero no sabemos lo que podría haber llegado a pasar, por eso pido más atención y concienciación en todos los ámbitos sociales y sobre todo si hablamos de niños, que los adultos responsables de ellos estemos pendientes de estas cosas pues ellos son solo niños. Menos mal que se ha quedado solo en un susto y esperamos que no vuelva a repetirse algo así.